3 – APACHES EN EL CHAT

Os dije, queridos niños y niñas, que estaba completamente curado y… ¡vive Dios que era cierto!, pero poco dura la alegría en casa del pobre. Esta tarde, por vez primera, he conseguido aguantar más de veinte minutos en el chat. Hoy, la jodía piel de plátano tirada en el suelo brillaba por su ausencia. ¡Aleluya!, pero como dijo JACK EL DESTRIPADOR, vayamos por partes… No entiendo que siempre preguntéis por la edad y el sexo. ¿Qué importancia puede tener eso cuando estableces diálogo con alguien que está en Cuenca, Pekín, San Petesburgo, Veracruz o Ferreries? Y lo difícil que le resulta a uno explicar que tiene 112 años… Además, hay mucho embustero suelto… cada cual escribe la edad que le conviene, ¿o no? MATUSALÉN, sin ir más lejos, dice que tiene 16 años. Hagamos pues una campaña con este lema: ¡EN EL CHAT NO HAY EDAD! Así no habrá malentendidos.           

             Hablando del chat, suponía que la web de elclub se ubicaba en Menorca, pero me he topado con un apache -o dos- cara a cara, y estos indios suelen cazar sus búfalos muy lejos, en las praderas de Utah. Por eso deduzco que debería tratarse de un cliente del Texas, por lo menos… Total, que el piel roja desconocía Nuestro Hogar, así que le he dado instrucciones concretas para un tour recreativo-cultural:           

            – Ves a CARETOS, contempla a Lola, después a Marta, y termina la orgía leyendo las epístolas de Harpo.           

            El apache, que no me extrañaría fuera el mismísimo Gerónimo Pons, siguió mis consignas al dente y al poco rato me dijo:           

            – ¡Haw!… tela marinera, tío, pero… ¿has visto a Berta?           

            – Pues no… ¿me pierdo algo?           

            – ¡Ugg!… no lo sabes bien.           

            Vaya con el indio… ha propiciado una regresión al trauma, pero no por ello lo vamos a recluir en la reserva. BERTA es sueca, modelo de postales y lencería en su país, guía turística en Mallorca e Ibiza… Interesante curriculum, creo, en especial una de sus actividades en Suecia. ¿Cómo se me pudo escapar esa visión? Mírala, aquí está… con su largo pelo rubio hasta la rodilla, a lo SUE LYON, una carita angelical y … ¿qué es esto?¡Mamma mía!, si lleva una tirita ahí abajo… ¡Tranquilos!, no se ha hecho daño, no. La tirita sirve para tapar… eso, pero… ¡conyo!, ¿quién se ha quedado con la comisión?, con ese centímetro que falta a pie de foto para poder verlo todo… No hay derecho, esto es un grave atentado contra los derechos del voyeur. ¡Hay que organizar una manifestación!, ¡abajo la censura!. ¡libertad absoluta para el primer sentido corporal!… Joer, ya estamos otra vez en el mismo sitio, con el rollo de las excursiones anatómicas.   

Se me ha ocurrido, aprovechando la coyuntura, vacilar un poco con el personal, y he montado una especie de encuesta. Veréis… llamo a alguien, le enseño un CARETO y le pregunto algo… lo primero que se me ocurre. La verdad, están todos de los nervios… vaya respuestas… La primera víctima fue JAMES DEAN:           

            – ¡James!, acércate guapo, obsérvala con atención y dime…           

            Le mostré todas las fotos de SWEETY_X.           

            – ¿Dónde irías con ella?, ¿eh?… piensa, piensa…           

            – Pues… es difícil, Harpo… mmm… ¡ya está!… ¡a un bautizo!             

James, el gigante, sólo piensa en coches deportivos, se nota en su respuesta de corte teddy, de rebelde sin causa colgado al este del EdénPlenamente comprensible… al menos para mí, claro.           

            Acto seguido, dado que MARLENE DIETRICH paseaba su majestuoso contoneo en la proximidad -nunca he dudado que padece anorexia sexual-, saqué la bocina y apreté por partida doble:           

            – ¡Moc!, ¡moc!           

            – ¡Harpo, cielo!… cuánto tiempo ha pasado desde la última vez… fue en… en…           

            – Beverly Hills, en la fiesta de cumpleaños de Dean Martin. Ya sé, ya sé… me comí las flores que adornaban tu precioso sombrero. A falta de pan…           

            – ¡Oh, sí!, ahora lo recuerdo… jijiji… ¡qué divertido!… y sin sal ni pimienta…jijiji… Harpo, qué malo eras…           

            – Mira, Marlene, ¿qué te parece este joven?           

            – ¡Caramba!, qué musculatura… no está mal, no… ¿es alemán?           

            – No creo… otra foto, Marlene.           

            – ¡Oh!… hasta dormido tiene musculitos, ¿qué debe comer, Harpo?, ¿mejillones?           

            – Espera, espera… mira esta.           

            – Vaya, ¿dónde va con dos botellas de oxígeno?, ¿alguien se estaba ahogando?           

            – Es ungüento festivo, querida… y la mejor, el no va más…           

            -¡Wow!… perdón, se me ha escapado… ¡qué porte!, ¡qué distinción!, qué despliegue de personalidad, de clase, de savoir faire… Dime Harpo, ¿es actor?, ¿va a recoger un Oscar?, ¿acaso participa en un desfile de modelos?, o… simplemente se dirige a una fiesta de disfraces. Sinceramente, my darling, me dan ganas de bajar de nuevo, aunque sólo sea para compartir un Manhattan a la luz de la luna con este bello efebo. ¡SMUACKS! 

            – ¡Quieta, Lili!…  que me ensucias la pantalla. 

Ya habréis adivinado que se trataba de DHAKOTA. La DIETRICH marchó gratamente sorprendida, removiendo sus caderas de izquierda a derecha con el cigarrillo encendido en el extremo de una larga boquilla turca… y esta noche soñará con él, seguro.           

            Después le tocó el turno a PAUL GAUGHIN, el pintor impresionista amigo de VAN GOGH, que vive aquí desde 1903. El auténtico, no ANTHONY QUINN, que aún no ha llegado. Esta vez seleccioné a la última de la fila: YRMA.           

            – A ver, Paul… ¿qué te inspira este rostro femenino?           

– ¿Inspirar?… y expulsar… así, lentamente… Aspira hondo, Harpo… ¡embriágate con el aroma de la verde hierba de ALYSCAMPS!, ¡oh, la la!… c’est magnifique… Ah, ¿decías?… ¿quieres una opinión sobre la foto?… está clarísimo, le falta el chicle. En fin… lo siento muchacho, de repente me han entrado unas ganas locas de hacer pompas de jabón. Au revoire, mon amí.           

            Si, si… soy consciente. Cada epístola engrandece mi círculo de amistades, ¿qué le vamos a hacer? Estoy muy tranquilo, hasta aquí arriba no llegan las manos. Seguiremos otro díamis neuronas están demasiado cargadas… necesito urgentemente un reinicio.

Por Harpo, desde el más allá.
Texto publicado a finales del siglo XX en la famosa página, allende los mares, de EL CLUB de Menorca en www.go.to/elclub (actualmente gotoelclub.com y/o canalmenorca.com)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *