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HORÓSCOPO CHINO / GALLO


El orgulloso gallo

Orgullosos, trabajadores, tranquilos, amantes, gustan el lujo, curiosos, sibaritas, románticos.

El gallo es un ser orgulloso, pero con un corazón amable en su interior. Le gusta hacerse el digno y comportarse como alguien merecedor de respeto y admiración. Es un trabajador incansable, sigue las normas y no le gusta meterse en líos. Si hay que trabajar más de la cuenta, lo hará sin rechistar ya que no le gusta nada dejar las cosas a medias. Esto, unido a una capacidad de concentración y serenidad los hace muy aptos para trabajos de intenso esfuerzo intelectual y de trabajo incansable, como la medicina y carreras de largos estudios, policías, vigilantes, estudios artísticos, como tocar un instrumento, la pintura y en general todas las artes manuales. También se encuentran en otras ramas que también se pueden considerar artísticas y que implican una habilidad manual, como la peluquería.

Saben gastarse el dinero para darse el gusto de vivir cómodamente. No son ahorradores ni derrochadores, aunque más bien tienden a gastar para comprarse sus caprichos, que más que caprichos (con remordimiento incluído) son pequeñas gotas de felicidad que sabe aprovechar sabiamente.

El gallo es en el amor un buen amante en todos los sentidos. Le gusta ser romántico y espera que lo sean con él. Su forma de romanticismo tiene mucho de adornos, de gastos y de adulaciones; es decir: le gusta verse atractivo y se cuida para las ocasiones de ver a su amante, no le importa pagar una cena romántica y le gusta que le digan cosas bonitas igual que decirlas. No entra dentro de sus planes la infidelidad, ya que espera encontrar a una persona para toda la vida.

El gallo es un ser muy romántico, pero muchas veces las preocupaciones diarias le mantienen demasiado ocupado. Es posible que si encuentra una pareja romántica como él, despierte en él hermosos ideales que permanecían ocultos.

Lo más importante para el gallo es:

Pavonearse. Sentirse imprescindible. Dar órdenes. Lucir impecable. Gastar dinero en regalos y en su Look. Formalizar sus relaciones. Dar cátedra de vida.

Con la familia

El gallo es junto al búfalo y a la serpiente, el animal que necesita sentirse apoyado y contenido por la estructura familiar.
Su necesidad de ser escuchado y admirado comienza desde su primer COCOROCO en el gallinero. Es un crítico cruel de sus padres y hermanos, donde a veces debido a sus comentarios puntillosos y ácidos logra convertirse en un gallo de riña.
Desde pequeño le gustará ganar su dinero, ser independiente y entrar y salir de la casa con un ejército de admiradores a los que hospedará a expensas de sus progenitores. El gallo adora que recuerden la fecha de su cumpleaños y aniversarios, pues como es muy formal siente que es una manera de demostrarle afecto.
Será un excelente administrador, consejero, contador, defensor, protector, amo de casa, un multimedia que irá de un lugar a otro del gallinero con fluidez e ideas brillantes para toda la familia El varón es autoritario, déspota, maniático y muy exigente con su pareja e hijos.
La mujer tiene un gran sentido del humor y oscilará entre estados anímicos UPS and DOWNS transformándose en la mujer orquesta, siempre abierta a dialogar, romper esquemas y también un poquito las p....s a toda la tribu.
Al gallo el gusta ganarse el pan con el sudor de la frente propia o ajena. Por eso elucubrará diversas formas de generar recursos para entretener a su familia y ser siempre el más aplaudido por sus ideas y buena onda.
El gallo es un pilar fundamental de la célula familiar, alborotará los nervios de toda la familia y cuando no se sienta querido se alejará como Zaratustra a vivir a la montaña.

Como maestro

El gallo es, con título o sin título, un maestro que da lecciones a todo el mundo y todo el tiempo.
Su espíritu perfeccionista, curioso, inquisitivo, altanero y nervioso lo mantiene siempre actualizado e informado. Está siempre dispuesto a lucirse, por eso resaltará la ignorancia del otro.
Su paciencia impaciencia le sacará plumas, pues como necesita ver resultados acelerará el proceso de los demás sin importarle el proceso ajeno. El gallo es maestro más con su ejemplo de vida que con teorías al respecto.
Los diplomas, reconocimientos, aplausos son muy preciados por esta RARA AVIS.

Como amante y esposo/a

"La mitología nos dice que los opuestos están unidos, no sólo de la mujer es la tierra. Los egipcios Nuit y Hadit, ella como bóveda celeste y él como punto de manifestación material, él hermafrodita, la pareja perfecta de Hermes y Afrodita... esa alianza espiritual del macho y la hembra, ambos como cielo y ambos como tierra, ambos como muerte y resurrección, la juventud, la madurez y la vejez, es lo que yo escucho una y otra vez en el eco de los tiempos..."
El gallo es un científico de amor: cada experiencia amatoria es un viaje dentro de un laboratorio donde descubre nuevas fórmulas para coleccionar y nutrirse, pues su capacidad de amar es infinita.
Al gallo le interesa el amor en todas sus manifestaciones: desde el platónico hasta el consumado, donde quizás se decepciona un poco, pues es un idealista que prefiere refugiarse en su mundo imaginario en el que arma y desarma a su antojo la novela que teje desde la salida del sol hasta su ocaso.
Unico, desconcertante, imaginativo, generoso, sobreprotector, curioso y samaritano buscará parejas que lo estimulen en forma intelectual más que física.
Su búsqueda es resultado directo de su educación, cultura, mandatos y confusiones.
Adora la idea de pasar por el registro civil y por varias iglesias, sinagogas y mezquitas, sólo para contarlo a sus amigos y nietos en la vejez.
Es casamentero y celestino con los otros, tal vez proyecta lo que jamás le ocurre o sueña; su imaginación vuela en parapente, es tan libre como posesivo y celoso.
Abarca como amante roles diseñados por Scherezade en Las mil y una noches, y como esposo es tan multifacético que abarca los dos roles simultáneamente.
Su capacidad de transmutar el dolor y la tristeza es admirable, carga pilas con el sol, un buen baño de mar, una salida con amigos, una buena película. Necesita admirar y ser admirado. Es muy prolífico y le encanta tener el gallinero lleno de descendientes, pues para él, la sangre es lo que lo mantendrá vivo a través del tiempo. Tal vez, cuando nadie lo escuche o lo posterguen por un mejor programa se aleje en silencio buscando nuevos admiradores que acepten el AMOR NO ETERNO.

Como socio y jefe

Es el socio ideal para aquellas personas a las que les guste DELEGAR ABSOLUTAMENTE TODO.
Estará siempre dispuesto a ayudar, aconsejar, dar ideas, abrir el juego, trabajar horas extras, discutir y pelear con terceros.
Su humor oscilará según el éxito o fracaso de los negocios.
Romperá con lo establecido, impondrá su estilo, despertará odio y admiración entre sus socios, pero jamás pasará inadvertido.
Un socio con la fuerza necesaria para recuperar la fe y las utopías. Nació y morirá siendo jefe de un ejército de fantasmas. El KIKIRIKI viene en sus genes.
Le encanta mandar, mandonear, gritar, pedir y exigir. Es un gran organizador y planificador. Tiene vocación para dar instrucciones como un militar. La gente lo respeta y le obedece. Cuando se enoja es temible.
Le encantan las relaciones sadomasoquistas, es capaz de sancionar o reprimir con severidad a sus empleados, pero también reconoce los logros y méritos de su gente y los gratifica con premios.
Al gallo no hay que contradecirlo ni sobornarlo. Su lealtad, honestidad y sentido del deber son (en la mayoría) incorruptibles.
A veces no descansan y su salud se deteriora. Son propensos al estrés, a las neuralgias, neurosis y enfermedades cardiovasculares.
Como jefe, el gallo es fuerte en su interior y dócil en su manera de ser. Le encantan las sorpresas dentro del trabajo aunque le alteren los planes.
Este gran estratega está preparado para liderar empresas, ejercer planes a largo plazo y contratar gente eficaz.
La mujer gallo es temible por su energía, don de mando y eficacia. 
Un gallo que no es jefe alguna vez en la vida, no es un gallo pura sangre. 


El Gallo, como amigo y enemigo

lEl gallo invierte tiempo y espacio en cultivar la amistad. Para él, los amigos son una fuente inagotable de placer y sabiduría. Adora organizar fiestas, eventos, salidas, viajes donde pueda desplegar su vedettismo. Es capaz de sacrificios inmensos, de peleas memorables por defender a sus amigos.
Su lema es "no hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a tí". Está siempre dispuesto a ayudar, guiar, acompañar a sus amigos en las buenas y en las malas. Le encanta solucionar la vida a todo el mundo y para eso despliega una opereta de ideas propias a la cual es difícil resistirse.
Necesita horas de terapia con sus amigos para sobrevivir a las adversidades del mundo. Es extremadamente generoso, comprensivo y original y así conserva a través de toda la vida lazos profundos con amigos de la infancia. Un lujo de amigo que no hay que perderse.
Como enemigo es insoportable. Soberbio, altanero, charlatán y con CHI para hacer la guerra a sus íntimos enemigos. Es capaz de morir como los gallos de riña, desangrado en una pelea. 
Para él la vida es un reto de vid y muerte. Como mediador es un caso perdido por la subjetividad que lo hace famoso en el mundo entero. Un intrépido guerrero que usa sus recursos innatos para pelear por una causa justa. El gallo tiene el don de fascinar o ahuyentar a la gente que se le acerca. De la alquimia dependerá la suerte o desgracia de conocerlo. 


Relaciones holísticas (NEGOCIOS-AMISTA-AMOR) 

Relación Gallo-Rata:

Una unión con poco futuro: No comparten casi nada, y además, sus personalidades son casi incompatibles. El gallo debería encargarse de estimular a la rata, pero está demasiado ocupado para darse cuenta. Al gallo le gusta dirigir que trabajar y la rata ni piensa ser el "peón" en esta unión. Así que difícilmente hagan un peso juntos. Incansables, siempre rodeados de más amigos, ya que los dos son hipersociables.
Un romance entre estos dos animalitos es una apuesta segura al cheque sin fondos.
Amigos fríos, más ocupados en criticarse mutuamente y competir, que en compartir algún rato agradable. Pueden, ocasionalmente, formar parte del mismo círculo, pero no se van a elegir como amigos.
En el plano amoroso las cosas no son mejores: ninguno está dispuesto a pensar en el otro, y el gallo tiene unos gustos carísimos que le provocan mucha ansiedad a la ratita, avara y cuidadosa. A no ser que tengan mucha holgura económica y agendas muy ocupadas (¡cada uno por su lado!) que los mantengan alejados y relajados, mejor evitarlo. 


Relación Gallo-Tigre:

Ni... ni.... podría ser. Para los negocios, van a ser los peores socios que uno imagine. El tire pretende imponer sus ideas y su manera de hacer las cosas, le duela a quien le duela. El pobre gallo, obsesivo y metódico, incapaz de delegar en nadie, va a encontrar muy difícil de sobrellevar esa situación. Además, su fuego fijo lo arrastra a interminables discusiones con el tigre, que éste pretenderá zanjar con un zarpazo... ¡y a otra cosa mariposa!, mientras el gallito se pega con goma las plumas que le quedaron colgando.
Tienen tan poco en común que raramente se sienten atraídos por el lado de la amistad. Los dos son ego-trip y no quieren que haya ninguna otra estrella brillando en la galaxia. 


Relación Gallo-Dragón:

El socio comercial que el dragón anda buscando. El dragón creará, desparramará ideas, volará sobre todos buscando las mejores oportunidades, mientras el gallito, metódico y rutinario se ocupará de que todo funcione de la mejor manera sobre el suelo. Muy hábil para los negocios y las relaciones públicas, admira al dragón lo suficiente para compartir el mando. Y éste (madera) le dará apoyo y lo dejará hacerse responsable de todo.
Sus personalidades se complementan muy bien como pareja: a los dos les encanta el glamour, las recepciones paquetes, todo lo que venga con brillo y burbujas incluido. Pero además, el gallo es un gran protector de su familia, se ocupa de todos los detalles y hace lo posible para que tengan lo mejor. Sumado a la magia del dragón, y a su nada ecléctica manera de educar hijos, pueden tener una familia y vida de "fábula". 


Relación Gallo-Caballo:

Una de esas sociedades en que cada socio hace la suya y se juntan cada tanto para ponerse al día. Pero como los dos tiran para adelante y son ambiciosos, prosperarán. Cada uno se hace a la idea de que es el jefe, y como los dos viven en su propio mundo y no son muy realistas, pueden seguir así por muchos años. Obtendrán beneficios económicos si el gallo se ocupa de la parte financiera.
El celoso gallo sufrirá enamorado del caballo, atractivo y magnético. Hará todo lo posible para que no tenga ojos más que para él. Y como al caballito le encantan los dones del gallo: responsable, trabajador, sociable familiero... podrá quedarse en el galponcito que el gallo arme para los dos. 


Relación Gallo-Mono:

Al mono le puede encantar hacer negocios en conjunto con el gallo, que es super trabajador y responsable. Lo deja hacerse cargo de todo, ordenar, hacer los papeleos, dar vueltas inútilmente por el gallinero, mientras él lo mira desde la hamaca, comiéndose una banana. Pero cuando el gallito se da cuenta se acaba la paz. Claro que el mono le da la vuelta y es capaz de hacerle creer (y por mucho tiempo) que en realidad está trabajando. Y el gallo (en el fondo un crédulo total) aceptarlo.
Para que prospere la felicidad conyugal deberían evitar encontrarse fuera de la cama y, sobre todo, hablar lo menos posible, ya que cada uno habla su propio idioma. A lo mejor vale la pena, por esos momentos de pasión... 


Relación Gallo-Perro:

Como en esas historietas en que un perrito corre a una gallina por el jardín, así de imposible es esta relación. Si se ponen a trabajar juntos no pararán de irritarse: el pesimismo perruno enloquecerá al gallo, que se sentirá tentado a empujarlo por la ventana una vez por día. Y la manía del autobombo del gallo exaspera al modesto can, que empieza a juntar mucho encono contra su socio. Para irritarlo más, el perro es capaz de transformar la sociedad comercial en una de beneficencia, sin previo aviso. Cortocircuito constante.
Un perro y un gallo enamorados se prodigarán tanto afecto como disgustos: fidelidad, ternura, compañía, y celos, celos, celos. 


Relación Gallo-Búfalo:

¡Para prenderse! Prácticamente todo lo que emprendan va a funcionar. Sus elementos fijos (gallo-metal, búfalo-agua) se complementan y asisten, lo que da más fuerza a una unión de personalidad muy complementarias. Los dos son trabajadores, metódicos, les gusta el éxito y la seguridad, tienen sentido de grupo y son capaces de esforzarse sinceramente el uno por el otro. El gallo parece un gastador descontrolado pero no lo es, así que el búfalo no necesita estar aprensivo con su socio.
Comparten una amistad saludable para los dos, sin presiones y con muchas charlas, se divierten el uno con el otro, ya que sus personalidades les resultan mutuamente atractivas. 


Relación Gallo Conejo-Gato:

No. ¿Por qué complicarse? Pero si ya lo hicieron, van recomendaciones: al gallo, cuidarse del conejo. El santo del gallo parece llevarse el mundo por delante, pero tiene sus momentos en que le tiemblan las bases, y el conejo aprovechará para sacarle ventaja. Y que el conejo no caiga jamás en dejarlo dirigir: el gallo se va a prender del sillón presidencial y no lo va a largar en cuatro o cinco reelecciones. 
Les gusta demasiado tirar a cada uno para su propio lado. Se sienten incómodos cinchando juntos.
¿Como amigos? Van a desconfiar el uno del otro. Se miran con recelo, siempre esperando el empujoncito que los haga ser. 


Relación Gallo Serpiente:

No hay manera de que lo arruinen. Nacieron para hacer cosas juntos. En el plano de los negocios cada uno pone su granito para lograr el éxito, algo que los dos adoran. El gallo es competitivo y tiene ínfulas de mandamás. A la serpiente no le importa que ocupe ese lugar, con tal de que haga el resto del trabajo también. Ella pone intuición, sangre fría, cabeza para las crisis. Como es fuego y el gallo metal, la culebra se encargará muy bien de ser ella la que dirige por atrás, haciéndose creer al plumífero que él tiene las riendas.
Si están in love no habrá quién se interponga: se atraen como imanes y así quedarán: pegados las 24 horas, espantando a los demás bichos del gallinero con sus excesos sexuales, ya que los dos van al grano y no necesitan la etapa del noviazgo. Si no se aburren con sus excesos (dos personalidades muy fuertes) pueden durar muchísimo. 


Relación Gallo-Cabra:

El gallo dirigirá. Sin dudas. El hombre orquesta se ocupará de todo hasta en sus mínimos detalles. Obsesivo del trabajo, en algún momento se preguntará: ¿dónde está mi socia?... para descubrir que no le hace demasiada gracia que la cabra ande fotografiando pájaros o escribiendo poesía en los días hábiles. Al gallo le gusta cuidar sus cosas y no querrá compartir las ganancias. Así que la cabra termina por aburrirse y buscarse un mecenas, alguien que de verdad admite su talento.
Se atraen por sus personalidades opuestas, pero tienen problemas con los celos del gallo y la pasividad de la cabra. Habrá mucho sexo y fantasía amorosa, pero hay que ver cuánto les dura. 


Relación Gallo-Gallo:

Lo que los une los separa, en todos los campos. Trabajando juntos empezarán bien, compitiendo para ver quién le dedica más horas y lo hace mejor. Pero pronto se van a enfrentar por la toma de decisiones. No delegan nada y están convencidos de que la razón los asiste. No hay acuerdo posible. No se tienen confianza y terminará siendo inviable. Ni siquiera les resulta económicamente, porque no son capaces de tirar juntos para adelante.
Formarán una pareja extravagante, con ideas propias para todo: crianza de hijos, distribución de roles, relaciones sociales. Muy responsables con la cría, pero no sacrifican una reunión con "gente importante" para quedarse en casa. Se harán muchas escenas de celos, lo que puede llevarlos a separación por riñas y disputas, posiblemente con muchos testigos de ambos lados (cacarean tan alto que los va a oír medio país). 


Relación Gallo-Cerdo:

Puede ser una unión comercial muy redituable. Los dos son trabajadores hasta la exageración, y el cerdo no tiene ego laboral. Así que deja que el gallo se lleve los laureles. Feliz, el gallito lo apoya en su sensible autoestima y comparte las ganancias 50 y 50 (aunque en el fondo crea que él se merece un poco más...) Le deja pasar que sea un poco desprolijo, porque tanta buena voluntad compensa.
Si se enamoran, arde Troya: habrá fuego por todos los rincones y a toda hora, y ni los bomberos voluntarios de Chamartin podrán con ellos. Cuando se empiece a apagar la pasión ya habrá pasado suficiente tiempo como para que estén acostumbrados el uno al otro y miren sus defectos con ternura. Puede ser para siempre.

 

 

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